Compartiendo mis experiencias

En éste "blog" pretendo compartir mis experiencias y lo que aprendo de ellas como madre, esposa, hija, hermana, amiga, profesional, entre otras cosas. Los retos que me ha presentado la vida y los que me presenta y como trato de ver el lado positivo de cada situación...aunque aveces sea un reto.

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martes, 17 de enero de 2012

No es lo mismo, vivir la adolescencia que vivir con una adolescente (Parte I)

Uno de los retos y responsabilidades más grandes que hay en la vida es ser madre o padre ( a mi me encanta ser madre), y si las etapas de la infancia y la niñez a veces son difíciles la adolescencia no es la diferencia. Pensamos que cuando son pequeños todo es complicado: cargar con bultos, coches, ropa, juguetes (de todo para que el bebé esté cómodo y no le falte nada), luego cuando son mas grandecitos uno carga con el botiquín, en la cartera: “hand sanitizer”, papel de baño (to go) o servilletas para cuando tengan que enfrentar la realidad de ir algún baño público (porque aunque vayan veinte veces la baño antes de salir…siempre se antojan de ir estando fuera de la casa!), la pelea porque ya no quieren el coche y quieren corretear por donde quiera y uno con la preocupación de que les pase algo. Hasta ese momento tenemos casi el control de todo lo que pasa con nuestros hijos (¡porque siempre pasan cosas fuera de nuestro control!) Luego entran a la escuela y empiezan con nuevas costumbres de comportamientos o manías de comer, entre otros. De repente cierras los ojos por un segundo y cuando los abres tienes de frente a una adolescente, ¿PERO COMO?, y les tengo que decir que todo se vuelve confuso, incierto y es cuando más atención y supervisión le tenemos que tener a esa bebé que hace 14 años tuve en mis brazos por primera vez.
Tengo que ser justa y mirar un poco hacia atrás y reflexionar acerca de mi adolescencia…jum!!! Tengo que decir que fui un poco rebelde (¡solo un poco!). No me voy a justificar, pero es difícil vivir con padres que vienen de una generación en la que todavía importaba mucho lo que la sociedad dijera y un poquito a la antigua (¡ya se han liberado un poco!). Mami siempre me decía: “A ti no te importa lo que digan los demás”, “tú eres libre como el pensamiento”, entre otras cosas. Gracias a Dios (que siempre me guió) a las cantaletas de mami y papi (el disco duro se activó cuando se tenía que activar) y los amigos que Dios me puso en mi camino, nunca estuve en vicios, ni estuve en problemas realmente graves…me gustaba salir a bailar, ir al cine y relajar con mis amigos de una manera sana. Tuve mi primer novio (¡real!) a los casi 16 años y actualmente es mi esposo. Tengo que decir que nos tocó vivir en una buena época, donde la tecnología apenas estaba llegando, donde había respeto por la vida de los demás y la droga no estaba tan accesible como ahora. Tuve una buena experiencia…tal vez mis padres no digan lo mismo, ¡fuimos tres adolescentes al mismo tiempo!

Ahora estoy viviendo con una adolescente y una pre adolescente en potencia, y créanme que ha sido uno de los retos más intensos de mi vida (¡y he tenido muchos!). Mi hija siempre ha sido un poquito vanidosa, pero ahora es a los extremos, si salimos aunque sea a echar gasolina ella hasta se maquilla, no puede tener ni un solo cabello fuera de sitio. Ahora todo es un: ¿Por qué? o ¡no es justo! o ¡todos mis amigos hacen eso! o ¡tú no me entiendes! Y de repente yo me sentía la peor madre del mundo o me cuestionaba el proceder de otras madres que dejaban hacer cosas a sus hijos que no entendía. Claro…para luego de hablar con otras madres, darme cuenta que todos usan los mismos argumentos porque sus madres son como yo, ahhhh (suspiro) lo que me quitó un gran peso de encima. Ha sido una lucha de poder sin tregua, muchas personas me decían “ella es una adolescente completamente normal”, y yo en mi confusión total, en mi duda constante si lo estoy haciendo bien o no. Alguien muy importante para mí una vez me dijo: “Marimar, no sientas culpa, las madres siempre vamos a vivir con la culpa si lo hicimos bien o mal”, y no hubo algo más cierto que eso. Yo soy una persona bastante pro activa, así que buscamos ayuda de un profesional para que nos ayudara y guiara en éste proceso (¡los hijos no nacen con un librito!) y para mi gran sorpresa ¡SI! Lo estábamos haciendo bastante bien, así que ideamos un plan de acción y diferentes estrategias a trabajar para reforzar a nuestra hija para un futuro y mejorar la comunicación. Si bien es cierto que nosotros no tuvimos tanta tecnología, ahora hay demás y lo triste es el mal uso que se le da (de eso hablaré en otro “blog”) también la importancia tan grande que se le da a la imagen de las jovencitas en todos los programas de televisión, revistas e internet, Facebook, Twitter, celular, entre otros, lo que lleva al “bullying” y otros comportamientos que le hacen creer a otros jóvenes que tienen el derecho de hacer daño. Así que además del solo hecho de estar enfrentando los cambios típicos de la adolescencia le sumamos estos detonantes…imagínense.
Hoy les puedo decir que poco a poco estoy entendiendo el proceso que estamos pasando ambas (porque todos estamos involucrados) gracias a los consejos recibidos y libros que estoy leyendo al respecto (nunca está demás buscar ayuda). Ella está creciendo (no tan rápido como ella quisiera), ya ni es niña, pero tampoco es adulta, entonces ¿Qué es? Yo estoy viendo a mi hija mayor convertirse en una señorita en un abrir y cerrar de ojos, que ya no quiere estar mucho conmigo y más con sus amigas (gracias a Dios, me cuenta sus cosas y tiene confianza), que quiere estudiar fuera de PR, que tiene novio…OMG! A la que le digo (contrario lo que me decía mi mamá) “Que no te importe lo que la gente te diga”, “se libre y no te ates a nadie”, “cumple tus sueños”. Es un proceso difícil para el adolescente, pero para los padres también es difícil…hay que empezar a dejarlos ir, y esa es la etapa difícil (tengo que admitir que más difícil de lo que yo esperaba). La clave es ser consistente, establecer las reglas antes y las consecuencias si no cumple, lo demás depende de ellos.

Por eso no es lo mismo haber vivido la experiencia que vivir con la experiencia. Los libros y consejos me han ayudado a que no sea tan difícil, porque no deja de ser un reto diario, pero NO SE DESESPEREN…una etapa más de la vida de nuestros hijos (tengo que decir que nuestra familia nos ha dado apoyo). Yo sé que el fruto de nuestros esfuerzos lo veré reflejado el día que mis dos hijas se conviertan en mujeres, cuando se alcen en vuelo y pongan en práctica (se active el disco duro) todo lo que por años les estuvimos enseñando (la cantaleta). Sé y tengo mucha fe en Dios,, que pasaremos ésta etapa satisfactoriamente, que encontrarán tan buenos amigos como los que tuve y tengo yo y que serán mujeres de bien para hacer la diferencia en este mundo.

Lo más importante, cuentan con sus padres y familiares siempre.

¡Hasta la próxima!



2 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Tienes hijos? Si la respuesta es sí...tengo que decirte que es inevitable!!! Todo es pasajero!!!!

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