Los que realmente me conocen saben que no soy de las personas que llamo a todo el mundo “amigo” y, como se vive hoy en día, tengo que decir (por lo que vivo con mis hijas) que es una tarea difícil conseguir buenos amigos…creo que están en peligro de extinción. Mis amigos saben que no soy de llamar constantemente, por mis compromisos no estoy disponible 24 horas (ATH) ni todos los días de la semana, pero cuando hay algún gran acontecimiento, momento difícil o me necesitan ahí estoy (y claro gracias a los mensajes de texto, email, facebook, etc. me hago sentir un poco). Han habido veces que me he equivocado (uno no nace con un librito para manejar las relaciones), lo reconozco y cuando ha sido necesario me he disculpado.
Tengo 35 años y he conocido miles de personas, he tenido: compañeros de trabajo, compañeros de escuela, los amigos de mis amigos, los padres y madres de la escuela de las nenas, entre otros.
Uno es bendecido con una familia desde el nacimiento, pero la vida te da la oportunidad de escoger esas personas que completan tu entorno. “Estamos aquí para ayudarnos, guiarnos y aprender los unos de los otros”
Hace mucho tiempo entendí que muchas personas pasan por tu vida para: cumplir un propósito, para que aprendas de ellas, para que aprendan de ti, como lecciones de vida, otras para rellenar, otras son pruebas y finalmente las que se quedan y te acompañan en todo el camino de nuestras vidas…relaciones de amigos a prueba de fuego.
Hay un capítulo en el libro “La Maestría del Amor” de Don Miguel Ruiz que compara las personas con animales (voy a resumirlo en mis propias palabras). El dice que cuando adoptamos un perro NO pretendemos que actúe, ni lo tratamos como gato, lo aceptamos y tratamos como perro y con las personas debe ser igual. No podemos pretender que nuestros amigos, hijos, esposos, familiares, entre otros, actúen como lo que no son y tratar de cambiarlos, cada uno con sus cualidades únicas y diferentes… ¿verdad que tiene razón?
Eso es bien difícil y confieso que con mi esposo y algunas personas ha sido un reto poder aceptar, no juzgar y tratar de que modifiquen algunas cositas…but I’m getting there!
Actualmente disfruto de amistades que no han conocido el pasar del tiempo y siguen vigente (sin fecha de expiración) aún después de 30 años. Otras han quedado como un hermoso recuerdo y experiencias que hoy le cuento a mis hijas y guardo con mucho cariño. Por supuesto también se me han presentado pruebas, pero eso queda en el pasado.
Pero, ¿Qué sucede cuando la rutina diaria, la distancia, falta de tiempo, cambios en las circunstancias de vida afectan esas relaciones de amigos que son parte de ti?
Pues es como un sentimiento de duelo (luto), como si perdieras a alguien. Es difícil de explicar y expresar sin que suene a reclamo, sentimentalismo, sin que un ¿porqué? en vez de un ¿para qué? te vengan a la mente o sentir culpa por no haber dedicado más tiempo, entre muchos otros sentimientos.
Hoy hice la paz con ese sentimiento que me agobiaba hace ya varios meses y que no entendía. Hoy pude sentir la tranquilidad de que, aunque es un proceso un poco
Las relaciones personales en general no son todas fáciles y es cuestión de carácter, química y visión. Así como nos tomamos el tiempo de recuperarnos de una perdida familiar, también debemos hacerlo con nuestros amigos que estan distantes o no están presentes y así como celebramos los cumpleaños y diferentes acontecimientos debemos celebrar a nuestros ¡AMIG@S!
“Debemos tratar a nuestros amigos como oro, ya que la amistad hace nuestro camino más placentero y las experiencias más enriquecedoras…las bendiciones son infinitas. Tenemos amor en abundancia para dar y un buen lugar para comenzar a darlo es con nuestros amig@s” Kristine Carlson
¡A celebrar la amistad y los amig@s... gracias por ser parte de mi vida y permanecer!
¡Hasta la próxima!
