Compartiendo mis experiencias

En éste "blog" pretendo compartir mis experiencias y lo que aprendo de ellas como madre, esposa, hija, hermana, amiga, profesional, entre otras cosas. Los retos que me ha presentado la vida y los que me presenta y como trato de ver el lado positivo de cada situación...aunque aveces sea un reto.

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lunes, 24 de septiembre de 2012

Walking back to memories!


Si miramos un poco hacia atrás, la historia nos dice que los jefes de familia o las familias compraban sus casas u hogares para echar raíces, para que ahí crecieran sus hijos, envejecer con su pareja y luego de su partida que sus hijos heredaran la propiedad e hicieran lo mismo.
Mi abuela y abuelo materno vivieron en la casa donde mi mamá se crió con sus hermanos hasta el día de su partida, mi abuela paterna y varias tías viven la casa que compraron para que sus hijos se criaran hace más de 40 años. Y cada cual en sus diferentes circunstancias vuelve a la casa donde pasaron su niñez…los recuerdos vuelven dibujando sonrisas y recordando el pasado. Cada vez que paso por urbanizaciones que tienen más de 30 años o lugares con historia (como El Morro), me resulta curiosa y muy interesante la historia que tiene cada estructura, me quedo pensando: “¿que habrá pasado en esa casa?, ¿cuál es su historia?.

Mi nombre es Marimar, nombre compuesto por María (así se llama mi mamá) y del mar. De verdad que no pudo quedarme mejor ese nombre (hay muchas María del Mar, luego de la novela que hizo Thalía, hay varias Marimar, pero no somos muchas). A mi me encanta…me fascina la playa, soy playera de nacimiento (y es una de las razones por la que no he dejado mi isla a pesar de verme tentada en muchas ocasiones).

Yo, de pequeña, disfrutando en Luquillo
Todo este relato viene porque Adriana (mi hija mayor) tiene que hacer un proyecto de un pueblo de Puerto Rico. Al principio ella dijo: “¡Rincón!”, nuestro tiempo es limitado por muchas actividades y compromisos, por lo que le dije que si podía ser uno más cerca. Luego de pensarlo, le dije: “Luquillo”, es parte de nuestra historia y volveríamos luego de muchos años que no vamos, ella dijo que sí.



Mi mamá, mis hermanas y yo en el estacionamiento del apartamento de playa 
Mi abuela paterna (luego que enviudó) compró un apartamento de playa en Luquillo (hace más de 40 años) y fue el oasis de nuestra familia por todos estos años, los veranos, Semana Santa, fines de semana de descanso (no tenia TV o teléfono…y los celulares no existían). Cuando íbamos al apartamento se llenaba de primos, tíos y vecinos del área, estábamos hasta tarde jugando rescate, briscas, “may I”, escondite, “stop” y la pasábamos súper bien todos juntos. Los cuartos siempre llenos, “matress” en la sala, por las mañanas nos levantábamos temprano y todo eran preparativos para un día de playa. Una tradición desde que yo era pequeña (y que he seguido con mis hijas al ir a la playa ese día) era recibir el día Pascua allá, por la mañana (luego de recibir nuestras canastas) íbamos a la iglesia y después para la playa…de verdad que fui dichosa, tuve una infancia, niñez, adolescencia y adultez muy buena, rodeada siempre de mi familia y claro mis buenos amigos. Luego mis hijas fueron conmigo varias veces.

Verano 2001 (con Adriana y embarazada de Daniella)

Hace 4 años mi abuela vendió el apartamento de playa ya que nadie lo usaba con tanta frecuencia y yo que soy la que más va a la playa no daba esos viajes (voy a playas más cerca, cuando uno tiene hijos ir a distancias largas es como mudarse por tanta cosa que uno lleva). El apartamento se estaba deteriorando y pues se tomó esa decisión, fue difícil. Lo primero que pensé fue: “¡va a vender nuestra historia!”, pero ya mi abuela es mayor y no podía hacerse cargo de él, no podía ser egoísta ni injusta.

Hace varios sábados fuimos a Luquillo (mami, mi esposo, las nenas y yo) para que Adriana tomara fotos y visitara diferentes lugares del pueblo: Plaza, Alcaldía, Cementerio, Playa y por supuesto una de las paradas obligatorias era el apartamento de playa, estaba decidida, si había alguien, pedirles permiso para entrar y ver como estaba el lugar donde vivimos tantas experiencias. Cuando llegamos estaba cerrada, por lo que no pude entrar L , pero vi que le habían hecho algunos cambios, ventanas nuevas, puerta nueva, entre otros (le habían dado cariño), y nos encontramos a la vecina de toda la vida y madre de los niños (que hoy son adultos) con los que jugábamos y nos divertíamos tanto. Ella nos dijo que el apartamento lo remodelaron completo y lo pusieron bien lindo, eso me llenó de alegría aunque me moría por entrar a verlo.

Nuestro apartamento era el de abajo a la izquierda
Luego fuimos a la playa…ah (suspiro), estaba desierta (pocas personas), me imagino que por la temporada (yo tenía un maestro que decía que los meses que terminaban en “bre”, no eran buenos para ir a la playa). Estaba frente a la playa que conocí dese pequeña, donde mis padres, abuela y tíos me llevaban de pequeña, donde hicimos muchos castillos de arena, veíamos peces y cogíamos unas olas que nos arrastraban por toda la orilla. Las olas estaban grandísimas (yo no soy de meterme al mar a menos que no haga mucho calor) pero tenía que bañarme en la playa de mi infancia, así que me fui con mis hijas a coger olas, el agua estaba buenísima, y cogimos unas olas tan grandes que nos arrastraban por la orilla o como decimos “nos revolcaron”, nos reímos muchísimo, había olvidado esa sensación de pensar que te vas a ahogar… ¡en la orilla! Teníamos arena hasta dentro de los oídos ☺.

2012 Adriana y Daniella frente a la playa de Luquillo
Terminamos nuestra visita en los famosos “kioskos” de Luquillo…y ya saben, comimos alcapurrias, tostones, pulpo y batidas. La pasamos de maravilla, un hermoso día para recordar y por supuesto, Adriana hizo su trabajo.

Kioskos de Luquillo
La vida te da oportunidades de volver al pasado (con los recuerdos y lugares) para que reflexionemos en lo que vivimos, para darnos fuerzas y disfrutar al máximo el presente y planifiquemos para el futuro con más energía.

Le dedico este “blog” a mi familia, mis primos (TODOS), a nuestros vecinos playeros y a mi abuela…gracias por ser parte de mi vida, de mi historia y por todos los buenos momentos que pasamos juntos.

 ¡Hasta la próxima!

El apartamento actualmente

2 comentarios:

  1. Este blog me da mucho sentimiento! Muy bonito. Es tan bueno poder mirar hacia atrás y sentirse agradecido por la familia, niñez y vivencias que tuvimos desde niñas... :)

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  2. Sí, no son muchas las personas que tienen la oportunidad de reviver algunas experiencias. Si uno supiera lo valiosa que es la vida desde que uno es jovencito, le daria más importancia a los Buenos momentos vividos.

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