Eso trae una serie de sentimientos que no puedo negar ni esconder y los que me conocen los saben aún cuando no lo demuestre o comente.
Primero… ¡Estoy envejeciendo! Y aunque ha sido un proceso de aceptación para mi (¿quién quiere envejecer?) no deja de crearme ansiedad. Estoy trabajando para no quedarme con el nido vacío (sin dejar de disfrutar el presente), haciendo planes con mi esposo para nuestro futuro, haciendo actividades sola y disfrutando de mi misma, salgo con mis amigas de vez en cuando (pues algunas están comenzando con la maternidad cuando yo estoy casi saliendo) y todavía me queda Daniella, la cual me mantiene ocupada con sus actividades, y claro, aunque siempre he tenido mi rutina de belleza, me he vuelto fiel amiga de las cremas para atrasar un poco los signos de la edad y he tratado algunos métodos no invasivos.
Segundo… ¡Dejarla ir! Nos preparan para todo en la vida, pero no para dejar a nuestros hijos partir de nuestro lado, ¿quién la va a proteger ahora? Y aunque no pretendo que se quede a mi lado toda la vida y soy la primera que quiero que vuele para alcanzar sus sueños, ¡cómo voy a volar YO sin una de mis alas!
El hecho de que no veamos películas juntas, salgamos a comer, de tiendas o simplemente esté parada en la cocina haciendo nada es algo que me pone triste (escribiendo sobre esto tengo un “nudo en la garganta”).
Daniella la va a extrañar mucho pues han sido compañeras de cuarto desde que nació y tienen una relación de hermanas que yo no tuve con las mías… ¡y eso me encanta! Son cómplices y amigas, recuerdo una vez que una maestra de Daniella preguntó en el salón de clases “¿quien tiene una mejor amiga?” y ella alzó la mano y le dijo: “Mi mejor amiga es mi hermana”.
Tercero… ¡La vida universitaria! Para hacer el cuento largo corto, visitamos tres universidades en los EU (en Puerto Rico no hay ninguna universidad que ofrezca el currículo que quiere estudiar Adriana, pero puede ser una posibilidad que se quede unos años) NY y Boston fueron los destinos, tres lugares completamente diferentes y los costos… ¡ya saben! Son tantos trámites, exámenes, papeles, audiciones y elegir cuál es el mejor lugar para ir, el lugar donde los sueños se hacen realidad (¡y no es Disney!), de verdad a este punto tengo un poquito de "stress" confiada en que Dios tiene un plan perfecto.
Cuando nacen uno piensa que falta un mundo para que entren a la escuela y luego, que faltan muchos años para la universidad, la verdad es que uno no se da cuenta que 12 años o la vida entera pasa a velocidad luz.
Por un lado me da una nostalgia increíble, pero por otro lado estoy tan agradecida de Dios que me ha dado la oportunidad de criarlas, verlas crecer, disfrutar de cada paso y logro que no puedo dejar de sentirme feliz y satisfecha (sé que son muchos los niños y las madres que no llegan a disfrutar de todo esto). Sé que lo más importante no es que se vaya, si no que siempre encuentre el camino de regreso a casa.
Ahh (suspiro) este blog fue más un deshago que otra cosa, es una manera de decirles que la vida pasa rápido pero que no estamos solas, que siempre hay un mañana, algo que hacer y en lo que uno puede invertir su tiempo, que alguien te necesita, que el mundo es muy grande para explorarlo y que siempre hay una nueva aventura que comenzar, no es una carrera en contra del tiempo, es saber disfrutar del tiempo que tenemos para mirar hacia atrás sabiendo que vivimos a plenitud y con intensidad.
¡Hasta la próxima!
No hay comentarios:
Publicar un comentario