Desde mi niñez les he tenido un miedo terrible a los perros y animales en general (no a los insectos). Solo puedo identificar un posible evento en mi vida (fue en mi niñez y relatado por mi madre) con un perro que entiendo fue lo que ocasionó mi miedo. Luego de vivir años: brincando verjas, trepándome en muebles, corriendo, trepándome en autos, una vez hasta me estrellé contra una cruz de marta (es una planta) cuando corría bicicleta porque un perro me perseguía, entre mil otras cosas que he hecho, fui diagnosticada (hace 2 años) con Cinofobia (fobia a los perros). Yo tenía mí sospecha que la padecía, ya que mi miedo iba más allá de lo lógico, cuando estaba cerca de un perro me sucedía lo siguiente: sudada, se me ponían las manos frías, gritaba y me ponía frenética (si se me acercaba), perdía el control completamente. Lo más curioso era que si estan amarrados y los aguantan yo los puedo tocar.
Como he expresado en “blogs” anteriores, cuando se tienen hijos a uno le cambia la vida, la perspectiva de las cosas y hacemos cosas más allá de lo imaginable. Mi hija Adriana (la mayor) ha sido una amante de los animales desde pequeña… ¿Cómo?, pues sencillo, yo he sufrido tanto por mi fobia que nunca le quise demostrar mi miedo, siempre ha estado expuesta a los animales. Tengo una hermana que también es amante a los animales y a mi esposo también le gustan, así que ellos siempre han sido los que la exponían y la exponen e iban con ella a todos sitios donde habían animales, yo tomaba las fotos y le decía que me daban alergia (que es una realidad, ya que soy alérgica al pelo de animales) y ella por mucho tiempo lo creyó así (luego lo mismo se repitió con mi hija menor). Llegó el día que pidió un perro. Por mucho tiempo pude persuadirla ya que ella y su hermana eran alérgicas y no podían tener animales (tuvieron un conejo y hubo que regalarlo por esa razón), también yo tenía que ser responsable con el perro, ya que requieren mucho cuidado, es una decisión bien importante tanto para la familia como para el animal y tener un perro es una gran responsabilidad.
Leah a los 10 días de nacida |
Luego de varias campañas y yo tratar sola de resolver mi fobia (por supuesto sin éxito) me sometí a terapia... ¡fue muy fuerte! En noviembre de 2009 comencé asistiendo a un lugar que dan clases de obediencia para perros e interactuaba con ellos (tengo que agradecer a mi hermana Carla que siempre me apoyó, ayudó y formó parte de éste proceso), el problema era que no tenia continuidad (pues no tenia perro en la casa). Así que decidí (porque aunque mi esposo estaba también loco por un perro, el me entendía y no me presionaba… ¡tanto!) que de regalo de Navidad se le regalaría una perrita (siempre quise que fuera hembra) a las nenas. Luego de hacer búsqueda intensiva (gracias al internet) y consultar diferentes personas fuimos en busca de una Maltés y dimos con nuestra futura perrita. Así fue como conocimos a Leah a los pocos días de nacida.
Leah el 12/25/2009 (Tres semanas) |
Dos años han pasado desde que Leah llegó a nuestro hogar, mis hijas han seguido siendo responsables de TODO lo que tiene que ver con su perrita: cambiarle el “pad”, darle comida, ponerle agua, jugar con ella, bañarla, y todo lo que requiere tener un perro (muchas han sido las veces que les hemos tenido que recordar su responsabilidad, pero eso no es negociable, ellas querían perro…se tienen que hacer cargo) y estoy muy orgullosa de ellas (he escuchado infinidad de historias en las que los padres terminan encargándose de los perros de sus hijos).
Esta soy yo con Leah |
Vivir con una fobia es algo bien difícil, son muchas las críticas y los comentarios que recibes, hay que tenerla para entender lo que uno no puede explicar y va más allá de la razón. Casi todas mis amistades y familiares siempre me han entendido y si voy alguna casa que hay perro lo guardan en alguna habitación para que yo esté tranquila (y se los agradezco infinitamente), algunos me forzaron a tener encuentros cercanos con ellos, me pusieron perros en la falda, me obligaban a estar cerca de ellos (fueron los menos… ¡pero me impactaron!).
Para concluir, si tiene niños o conoces alguno que tenga ésta fobia les recomiendo que los lleven a terapia, mientras más temprano y si tienen los recursos mejor, para poder vivir mejor. No se me ha hecho fácil, tengo fe en que la superaré cuando yo esté lista. Mientras tanto si ven algún celaje corriendo no se preocupen tal vez soy yo escapando de algún perro (que conste, ¡hace tiempo no me pasa!)
¡Hasta la próxima!
Leah con su primer "grooming" |
Diciembre 2011 - haciendo travesuras! |
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